Cada año se diagnostican en Estados Unidos 200.000 hombes con cáncer de próstata y otros 29.000 mueren de esta enfermedad.
Estudios poblacionales han detectado que en ciertas áreas del mundo donde se toma té verde las tasas de cáncer de próstata son más bajas, identificando un posible papel del té verde en la prevención de ciertos tipos de cáncer.
Una sustancia en particular, el epigalocatequin-3-galato, conocido también como EGCG, ha mostrado en cultivos celulares que disminuye la actividad celular e incrementa su muerte (apoptosis) en múltiples líneas celulares de cáncer incluyendo las de cáncer de próstata, no afectando a las líneas celulares sanas.
Por otro lado, estudios con animales han mostrado de forma consistente que los polifenoles del té verde estandarizados, cuando se administran con el agua de bebida retrasan el desarrollo y la progresión del cáncer de próstata.
En conjunto, tres ensayos clínicos realizados en pacientes con cáncer prostático sugieren que el té verde puede tener un papel distintivo como agente quimioprofiláctico.
Todos los datos recogidos a partir de los resultados de muy distintas investigaciones sugieren hasta ahora que el té verde puede ser un agente prometedor para la prevención de las neoplasias de próstata. Debido a estos hallazgos, es aconsejable y necesario realizar más ensayos clínicos con personas en riesgo de tener cáncer de próstata o con cáncer ya diagnosticado pero en estadíos iniciales del proceso.