El sistema nervioso simpático juega un papel principal en el gasto energético y en la disolución de las grasas, llamada también lipolisis. Las sustancias que estimulan o prolongan la presencia de norepinefrina, mediador clave de la actividad del sistema nervioso simpático, incrementan el gasto energético y promueven la oxidación de las grasas.
Ya en 1975 se demostró que las catequinas del té verde inhiben la catecol-0-metiltransferasa, la enzima que degrada la norepinefrina. La cafeína, que también está presente de forma natural en el té verde, influye a su vez en la actividad del sistema nervioso simpático a través de la inhibición de la fosfodiesterasa, enzima que degrada rápidamente el adenosín monofosfato cíclico intracelular, una señal liberada en respuesta a la norepinefrina.
Es posible que cuando la cafeína y las catequinas se consumen de forma conjunta, lo que ocurre cuando tomamos té verde y de otros tipos, actúen de forma sinérgica resultando en efectos pronunciados sobre el sistema nervioso simpático, lo que dará lugar a un aumento del gasto energético y de la lipolisis.
Estas hipótesis se han explorado en una serie de estudios en humanos, midiendo los cambios en el gasto energético después de tomar catequinas de té verde y cafeína. Estos estudios sugieren que el aumento en el gasto energético es pequeño o moderado, manteniéndose a largo plazo. Al parecer, estos estudios también han observado que se necesita la combinación de las dos sustancias para producir el efecto deseado sobre el aumento del gasto energético.
Se ha propesto recientemente que las variaciones personales en la respuesta en relación al aumento del gasto energético pueden depender de la variabilidad genética en la regulación de la actividad de ciertas enzimas. Una explicación posible de por qué los estudios de catequinas del té verde sobre el aumento del gasto energético en poblaciones asiáticas han mostrado resultados más favorables que los que se han realizado con personas de origen caucásico.
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