Beneficios del Té para las Enfermedades Cardiovasculares
Evidencias obtenidas a partir de estudios poblacionales sugieren que el consumo de té y una ingesta elevada de flavonoides puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Un metaanálisis del consumo de té en relación con las enfermedades cardiovasculares, estimó que un incremento del consumo en tres tazas de té por día se asociaba con una reducción del 11% en la tasa de incidencia de infarto agudo de miocardio. De todas formas, este tipo de estudios debe analizarse con precaución, ya que existe una diferencia importante del efecto según zonas geográficas. Los estudios realizados en Europa muestran una relación inversa entre el consumo de té y el riesgo cardiovascular, mayor que en los estudios realizados en los Estados Unidos. Estas observaciones no son específicas segun si el tipo de té es negro o verde, pero sabemos que la mayor parte del té consumido en Europa y Estados Unidos es té negro.
Otros estudios han analizado específicamente la relación entre el té verde y las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. La mayor parte de estos estudios se han realizado en poblaciones de Asia y sugieren un efecto cardioprotector del consumo de té verde.
Por otro lado, un metaanálisis más reciente estableció que el consumo de 3 tazas de té al día, independientemente de si se trata de té negro o verde, está asociado a una disminución del riesgo de accidente cerebral vascular de tipo isquémico.
Pero los flavonoides no sólo se encuentran en el té. Varios estudios epidemiológicos que han explorado la relación entre los flavonoides en la dieta y las enfermedades cardiovasculares han mostrado que tomar flavonoides disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente vascular cerebral y la mortalidad total.
En resumen, los estudios poblacionales sugieren de forma sólida que consumos más elevados de té reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Arteriosclerosis. Estudios en humanos y en animales.
Hay pocos estudios que hayan investigado la relación entre el consumo de té o de flavonoides y el riesgo de arteriosclerosis. Algunos estudios, en este sentido, han mostrado que la presencia de flavonoides en la dieta se asocia a placas de atherosclerosis más pequeñas en las arterias carotídeas, comparadas con personas que consumen pocos flavonoides.
Por otro lado, estudios con animales de experimentación han mostrado una reduccion del riesgo de arteriosclerosis en aquellos alimentados con dietas ricas en flavonoides, procedentes del té y del vino tinto.
Otros estudios han demostrado que el consumo de té mejora la función endotelial (la capa más interna) de las arterias.
Efectos sobre la presion arterial
Los resultados en modelos animales para investigar los efectos del té y de los flavonoides derivados del té sobre la presión arterial son inconsistentes. Los resultados de estudios de poblaciones sugieren que tomar té de forma regular y durante mucho tiempo produce un beneficio sobre la presión arterial reduciéndola. Sin embargo, como el consumo de té se asocia por lo general también a un amplio rango de factores propios del estilo de vida que estén de alguna manera relacionados con el riesgo de enfermedad cardiovascular, se necesitan los resultados de ensayos clínicos para dar respuesta a esta pregunta.
De forma aguda, es decir, después de tomar té, la presión arterial puede aumentar. Tanto los flavonoides como la cafeína, presentes hasta en un 3% de peso seco de las hojas de té, causan un aumento transitorio de la presión arterial. Los estudiosos del tema dicen que todavía no se conocen los efectos a largo plazo de tomar té de forma habitual, sobre la presión arterial.
En estudios controlados, se ha visto que tomar té de forma regular a corto plazo (durante 8 semanas, que era el tiempo de duración de estos estudios), no producía efecto sobre la presión arterial en personas que la tenían de por sí normal. Sin embargo, es interesante destacar que el consumo de chocolate negro, rico en flavonoides sí se ha visto relacionado con una reducción significativa de los valores de la presión arterial. Todavía no se han publicado estudios controlados, sobre el efecto de tomar té a largo plazo sobre la presión arterial.
Estrés oxidativo
Los flavonoides antioxidantes que se encuentran en el té se han sugerido como los responsables de la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular. Más de 50 estudios muestran la capacidad antioxidante de los flavonoides in vitro (es decir, en el laboratorio). Sin embargo, a pesar de los muchos estudios en humanos y en animales en este área, la evidencia de que los flavonoides puedan limitar el daño oxidativo en los seres vivos es todavía escasa.
Algunos estudios muestran que la inhibición de la aterosclerosis, producida por los flavonoides, no se ha relacionado con cambios en los marcadores de daño oxidativo. Esto apoya la evidencia de que los flavonoides no tienen realmente efecto general sobre el daño oxidativo. Es posible entonces que la actividad antioxidante no sea un efecto importante del beneficio de los flavonoides del té sobre la función endotelial, el riesgo de enfermedad cardiovascular y la arteriosclerosis.
Reducción del colesterol
Muchos estudios de todo tipo sugieren que los flavonoides podrían reducir las concentraciones de colesterol en la sangre. Sin embargo, la mayoría de los estudios de intervención en poblaciones humanas que han investigado los efectos del te sobre los niveles de colesterol en la sangre, no muestran efecto significativo.
El efecto del té en cuanto a bajar el nivel de lípidos sanguíneos parece ser bastante pequeño. Las discrepancias entre los estudios en animales de laboratorio y seres humanos puede radicar en las altas dosis de flavonoides utilizadas en los estudios experimentales.
Inflamación
Se piensa que la inflamación tiene un papel importante en el progreso de la enfermedad cardiovascular. Los procesos inflamatorios de la pared vascular estan mediados por una serie de factores como las citokinas, los eicosanoides y el oxido nítrico (NO). Algunos estudios in vitro sugieren que los flavonoides presentes en el té y en otros alimentos tienen efectos sobre los mediadores inflamatorios, siendo estos efectos anti-inflamatorios. Sin embargo, hasta el día de hoy no hay pruebas de que la administración de té logre esos efectos en el ser humano.
Función de las plaquetas
Una funcionalidad excesiva de las plaquetas no es buena porque aumenta el riesgo de agregación plaquetaria con la consiguiente formación de trombos. Esto puede contribuir al infarto agudo de miocardio, el accidente vascular cerebral y las trombosis en general. Aunque algunos estudios sugieren que sí, no está todavía claro si los flavonoides pueden tener algun efecto antiagregante en las plaquetas.
Homocisteína
Una cantidad elevada de homocisteína total en sangre es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Todavía no se conoce la relación exacta entre este factor y estas enfermedades. Podría ser que los valores de homocisteína fueran un marcador de ciertos procesos metabólicos que serían los responsables de este riesgo cardio-vascular. La homocisteína es un intermediario en el metabolismo de la metionina. Este metabolismo puede ser influido por una serie de factores dietéticos, entre los que se encuentran la ingestión de polifenoles y de cafeína. Estos dos factores, a su vez, pueden aumentar la homocisteína.
A pesar de todo lo anterior, se ha visto en estudios poblacionales que el consumo regular de té esté asociado a valores inferiores de homocisteína. Es decir, a mayor consumo de té, valores de homocisteína más bajos.
Peso, composición corporal y grasa visceral
Se piensa que el té verde tiene un efecto beneficioso sobre el peso y sobre la composición corporal. Sobre el té negro, no hay datos a este respecto. Un exceso de grasa visceral está asociado a mala salud y, específicamente, a un mayor riesgo cardiovascular. Están apareciendo datos que indican que el consumo habitual de té verde puede aumentar el gasto energético y reducir como consecuencia la grasa corporal. Varios estudios han demostrado que el té verde, los flavonoides de los productos del té y la cafeína aumentan el gasto energético total de 24 horas de forma significativa.
Se piensa que hay una sinergia entre los flavonoides del té y la cafeína, que contribuye al aumento del gasto. Sin embargo, las contribuciones relativas de estos dos productos parecen no estar muy claras. Por ejemplo, dosis bajas de cafeína, como las presentes en el té, no parecen afectar mucho el gasto energético.
Un aumento de la oxidación grasa puede contribuir a los efectos beneficiosos sobre el peso y composición corporales, a largo plazo. Si se mantiene durante mucho tiempo, un pequeño increment del gasto energético, aunque sea del 5%, puede dar lugar a una reducción significativa de la masa corporal y del peso. Dos meta-análisis recientes han visto que el consumo humano de té verde con cafeína tomado durante 12 semanas reduce el peso en 1-1.5 kg. Casi todos los estudios llevados a cabo en poblaciones asiáticas han mostrado los mismos resultados positivos. En poblaciones caucásicas estos resultados no son tan claros, probablemente debido a que la cafeína de base que tomamos a partir del café es mucho mayor que en Asia y esto podría modificar los resultados. Es possible que los efectos del té verde sean mayores en consumidores moderados de café o en no consumidores.
Diabetes tipo 2
El desarrollo de diabetes tipo 2 conlleva un aumento considerable del riesgo de enfermedad cardiovascular. Por los estudios epidemiológicos que se han ejecutado hasta ahora, no podemos decir que el consumo de té se asocie a una disminución del riesgo de diabetes o una disminución de la glucemia en ayunas en el caso de personas no obesas. Se necesitan más estudios que analicen el consumo de té en su relación con el metabolismo de la glucosa.